Una confusión abrumadora invadía mi mente. ¿ Cómo podía sentirme tan atraída por tantos hombres a la vez?
Lo que había hecho con Gabriel era lo que más me preocupaba.
Una tarde, al salir de la oficina, me encontré una sorpresa:
- Hola, amor!
Tenía ganas de salir corriendo... o que la tierra me tragara ya de paso.
- Gabriel? ¿Que haces aquí?- incluso estaba tartamudeando.
- Veo que no te gusta mi visita- dijo con mucha calma, acercándose a mi; después me dio un beso en la mejilla.
- No! Cómo crees....( ahora intentaba arreglarlo) es solo que no te esperaba.
Me quedé mirándolo de arriba a abajo, sus gestos, su movimientos. ¡ Qué hombre tan sensual!
- Creo que tenemos que hablar sobre...nosotros.
¿ Nosotros? ¿ Qué es eso de nosotros? Lo que yo temía era acostarme con él, y que luego me ignorara. Eso me habría dolido , pero tampoco estaba lista para empezar otra relación.
-Vamos a mi casa. Te prepararé algo de comer.
- Seguro que yo soy el plato principal- pensé.
Me tomó de la mano sutilmente y caminamos hasta su auto. Me miraba a los ojos, mientras deslizaba su mano por mi cintura, y me dio un beso muy suave en los labios.
-¿ Nos vamos?-preguntó en voz baja abriendo la puerta de su coche.
Llegamos a su apartamento.
Estaba tan inquieta, cada rincón de aquella casa me hacía recordar aquel encuentro tan intenso.
- Por favor, ponte cómoda. En seguida preparo algo.
Su apartamento era increíble. Lo que más me sorprendía era lo limpio y bien organizado que estaba todo, sin perder el toque masculino.
-¿ Te importa si voy poniendo la mesa?- le pregunté intentando encontrar los platos.
- Esta bien, princesa- dijo con esa voz tan suave.
Me mostró dónde estaban los platos. Y en poco tiempo ya había preparado un delicioso risotto.
( Dios mio! ¿es este el hombre perfecto?)
Después de comer estuvimos charlando un buen rato.
-Saliste corriendo aquel día.. y , sinceramente, creo que me has estado evitando desde entonces.
- Gabriel, es que todo pasó tan rápido, y acabo de romper con Frank...
-Hace más de seis meses que rompieron- se puso muy serio.
- Gabriel. No se deja de querer a alguien de la noche a la mañana. Además, él fue mi pareja por más de dos años.
- Tienes razón. Te pido disculpas, pero tengo que confesarte que estoy sintiendo algo por ti.
Sentí un salto en el corazón.
- Sé que tú también lo sientes
Gabriel empezó a acariciarme y a besarme con dulzura. -Déjate llevar.
Era imposible no hacerlo. Me derretía cada vez que me tocaba.
- Quiero hacerte el amor- me susurró al oído
No besamos con pasión, y empezó a desnudarme allí, en el sofá.... pero de pronto, la imagen de Frank llegó a mi mente.
- Espera!- intentaba quitármelo de encima.
- Qué te pasa?
No puedo. Tengo que irme.
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