EL SONIDO DE PLACER

Ayer pasé el día con Frank. Lo intento y lo intento pero no puedo alejarme de él completamente, a pesar de todo lo que hemos pasado.
Pasamos el día juntos, como ''amigos''. Más bien como ex-novios, y me sentí  bien.
Me preparó una comida increíble en su casa y charlamos.
Las horas pasaron tan rápido que, cuando quise darme cuenta, ya había anochecido.

- No te vayas- suplicó.
- Ya es tarde Frank. Gracias por todo- dije.
- Quédate, por favor- insistía.
- Frank, acepté tu invitación porque me prometiste que dejaríamos a una lado lo 'nuestro'. ¿Y ahora me pides que pase la noche contigo?
- No es lo que piensas. No va a pasar nada. Solo quédate a dormir.
- ¿ Qué? Tú crees que vamos a dormir en la misma cama y no vas a desear nada?- proseguí.
- Claro que lo desearé.  Pienso en ti constantemente.Deseo hacerte el amor a todas horas. Pero sé que no es posible. Te prometo que no intentaré nada. Solo sigamos como hasta hora. No estropeemos este maravilloso día.

Acepté. Y estuvimos hasta muy tarde viendo películas hasta que finalmente nos quedamos dormidos.
Me desperté en plena madrugada escuchando unos gritos.
Cada vez se escuchaban más y empecé a asustarme. Pero me di cuenta de que no eran gritos, eran gemidos.
Intenté dormir otra vez, pero el ruido era escandaloso.
No comprendía que los vecinos pudieran hacer tanto ruido.
Me levanté para ir al cuarto de baño y entonces lo escuché. Los gemidos provenían de la casa. Pero,¿ como era posible?  ''Frank vive solo'' pensé.
Volví corriendo a la habitación:

- Frank! Frank, despierta!
- Amor, ¿que pasa?
- Hay alguien en la casa. Se escuchan gritos -le dije.

Entonces empezó a reír.

-Vuelve a dormir- dijo dándose la vuelta- Es mi hermano Adrián.
- ¿Tu hermano?¿ Qué hace él aquí?- me mataba la curiosidad.
- Mañana hablamos, Desy.

Solo les digo, que no pude dormir en toda la noche. Pero una cosa es segura: a juzgar por los gritos de esa chica, Adrián es muy bueno en la cama.