LA DESPEDIDA

El lunes después del trabajo quedé con James para ir a  cenar:
-¿ Ensalada? Vamos! tú no necesitas hacer dieta- dijo mirando la carta.
- Después de la barbacoa del  sábado, me la merezco.
- Por fin estamos solos. Suerte que Marie tiene que trabajar. Ella no me deja solo, como si alguien  me fuera a secuestrar.- pero James es loco con su hermanita.
 Estuvimos hablando de  sus nuevos planes. Me contó que pronto se mudará por motivos de trabajo, pero aún no está claro a dónde.
Hablamos de muchas cosas, pero en ningún momento menciono a su... novia.
Después de la cena estuvimos en  casa viendo una película con Marie y su novio.
Los dos insistieron tanto en ver esa estúpida película, para luego quedarse dormidos a la mitad.
Pero ya me había tragado la mitad, ¿ por qué no ver el final?
El asunto es que James prefería hacer otra cosa.
Estaba de lo más concentrada, cuando sentí su mano subiendo por mi abdomen. No sabía qué hacer.
- James...no.- ese no, ni a  mi me convencía.
-Tu cuerpo no me dice lo mismo.
Nos besamos lentamente.
- Marie se va a despertar- yo  buscaba excusas absurdas.
- Tienes razón. Vamos a la habitación.- me agarró de la mano, y me llevó a través del pasillo.
-¿ No quieres hacerlo?- preguntaba mientras mordía suavemente  mis labios
Sí, quería. Lo deseaba y no podía contenerme.
Lo hicimos. Y fue genial. Pero cuando llegó la hora de él marcharse, sentía ganas de llorar.
- Te llamo en cuanto llegue.
No me salían las palabras. Solo le di un beso.