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miércoles, 14 de septiembre de 2011

Durante el fin de semana me pasaron cosas muy interesantes.
Por un lado, James:
- No vas a hablarme de ella?
- ¿ Quién es ella?
- La chica con la que sales..
- Oh... eso. No es nada. Solo salimos un par de veces. Pero no le veo futuro. Ahora no tengo mucho tiempo, tengo mucho trabajo y pronto me mudaré a Holanda.
-¿ Y como es?
- Alemana. Alta, rubia... ya sabes.
(En resumen: mi polo opuesto)
- Entiendo. Pero dice Marie que te gusta mucho.
- Bueno, estuvimos hace tiempo. Pero ya no siento lo mismo. Eso deberías saberlo.

Y lo sé, pero me encanta meter del dedo en la llaga.
- Te echo de menos. No dejo de pensar en ti y recordar cuando estabas aquí. Tienes que volver.
Nada me gustaría más, pero no puedo escaparme del trabajo. Si por mí fuera estaría allá mañana mismo. Y él está demasiado ocupado.

También me contó que está teniendo unos problemas con la madre de su hijo. Eso lo tiene muy preocupado. Solo espero que ella no sea una de esas zorras que le hacen la vida imposible al padre de sus hijos.


 La otra cosa, fue conocer a un italiano que está como quiere. Por Dios!
Se llama Derian. Salimos el sábado y tuvimos ocasión de conocernos mejor.  Es bastante alto ( así es que me gustan ) con el pelo castaño. Y unos ojos...

Cada vez que me hablaba yo me derretía. Con ese acento... o cuando me decía palabras en italiano... Oh my God. Estoy ansiosa por volverlo a ver.

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