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sábado, 7 de mayo de 2011

Aún hay algo

Estos días he estado bastante mal de salud. Tanto que estuve interna en el hospital casi una semana.
Y la persona que estuvo pendiente de mi en todo momento, fue quien  menos imaginaba: mi ex novio, Frank.
No se como se entero de que estaba en el hospital. Se imaginarán mi sorpresa cuando se apareció allá.
Estaba muy asustada con todo lo que estaba pasando. Los médicos me hacían pruebas sin parar y, según ellos, no encontraban nada que explicara mi dolencia.
El martes estaba en la habitación, en compañía de Marie. Llevaba ya dos días en el hospital y estaba desesperada.
Aunque ya no sentía nada, los médicos insistían en mantenerme allí para averiguar la causa. Y yo moría de miedo. Pero cuando vi a Frank entrar por esa puerta, todo eso desapareció. Me sentía aliviada, segura.
Marie se molestó mucho al verlo y se pusieron a discutir. Casi los sacan de la habitación.
- Que haces aquí?- Marie lo miraba con desprecio- Creo que lo último que ella necesita es verte la cara.
No le hacía ninguna gracia dejarme con él, pero logré tranquilizarla porque tenía que irse al trabajo.
- No es necesario que te quedes, Frank. Además me resulta algo incómodo.
- Lo sé. Pero no quiero irme. Si no quieres hablarme, ni mirarme siquiera, lo entiendo. Solo me quedaré aquí sentado.
- Quizás yo ya no signifique nada  para ti, pero tu siempre serás mi amor,  y siempre estaré cuando me necesites.
Estuvo conmigo esos días, procurando que me todo fuera bien, que no me faltara nada.
Después de cinco días, determinaron lo que me pasaba y tras explicarme el tratamiento, me dieron el alta.
Estoy muchísimo mejor, peor por ahora debo ser fiel a las indicaciones del médico.
Y Frank sigue pendiente, llamándome hasta cuatro veces al día.

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